Los tipos de interés de los préstamos hipotecarios.
La hipoteca debe amoldarse a la economía del comprador.
Cuando se quiere comprar una vivienda lo más habitual es que sea necesario obtener un préstamo hipotecario. Lo más importante es que la cuota mensual a pagar no supere el 30% de los ingresos para afrontar el pago sin problemas.
Una vez claro este aspecto existen muchos productos financieros y resulta fundamental elegir el que mejor se adapte a la economía del comprador. Para ello resulta fundamental fijarse en el tipo de interés que se aplica al préstamo. Los más habituales son los siguientes:
Hipoteca d e tipo fijo: la cuota se mantiene estable a lo largo de toda la vida del préstamo dado que las subidas y bajadas de los tipos de interés no afectan a la hipoteca. Permite saber con seguridad cuánto se paga cada mes.
Hipoteca de tipo variable: al estar sujetos a las variaciones del precio del dinero, los tipos de interés pueden bajar y reducir la cuota en el momento de la revisión.
Hipoteca de tipo mixto: al combinarse ambos tipos de interés en diferentes periodos, coincida un ciclo económico de tipos al alza mientras la cuota se rija por un fijo y la cuota se mantenga, aunque es posible que ocurra lo contrario, y no poder las ventajas de la rebaja en la cuota hasta que no cambie el tipo que se haya acordado con la entidad.
Hipoteca de cuota fija: el tipo de interés al que está referenciado el préstamo hipotecario es variable, la cuota permanece constante al margen de su evolución, lo que se ve afectado es el plazo de amortización.
Hipoteca multidivisa: se pueden aprovechar los tipos de interés que rigen otras monedas que al cambio con el euro resultan débiles, por lo que la cuota puede verse reducida, aunque la inestabilidad de los mercados ajenos a la zona euro puede hacer que el ajuste de divisas resulte perjudicial para la cuota.